Bioparc Fuengirola
Bioparc Fuengirola es un zoo diferente donde el visitante se adentra en una recreación del hábitat natural de los animales. La visita se convierte en un auténtico recorrido por lugares tan remotos como Madagascar, África Ecuatorial y el Sudeste Asiático. No vas a ver rejas o vallados en Bioparc Fuengirola. Hay una continuidad entre el espacio que recorre el visitante y el que ocupa el animal con el objetivo de trasmitir parte de la magia de recorrer el bosque y descubrir a sus habitantes.
Historia de Bioparc Fuengirola
En 1998 el antiguo y pequeño zoo abierto al público en los años 70 se encontraba en un estado lamentable. Había sido concebido 30 años antes como un clásico recinto de jaulas y corrales, y fue creciendo caóticamente en paralelo al desarrollo urbano de la ciudad. Ni su estética, ni las condiciones de vida de los animales eran aceptables.
En diciembre de 1998, Rain Forest obtuvo la concesión del antiguo parque, llevando a cabo una radical transformación y creando el primer parque íntegramente diseñado bajo el vanguardista concepto de zoo-inmersión.
Aprovechando el envidiable clima de la Costa del Sol y teniendo en cuenta el reducido tamaño de los terrenos disponibles, se eligió un único ecosistema: los bosques tropicales. La vegetación subtropical que crece en la costa malagueña sirvió para recrear los bosques tropicales lluviosos de Madagascar, África Ecuatorial y el Sudeste Asiático.
Durante dos años se transformó por completo la cara del parque. Desaparecieron todas las vallas y edificios, surgieron ríos y cascadas, cuevas, valles y rocas. El pequeño tamaño del terreno fue todo un reto. Se construyeron establos subterráneos, profundos cañones y jardines elevados con el fin de evitar la visión de los edificios adyacentes. Así el parque creció verticalmente y se consiguió crear la impresión de estar en un entorno mayor.
El 25 de marzo de 2010, el Zoo de Fuengirola cambió su nombre por el de Bioparc Fuengirola. El motivo de este cambio ha respondido a la unión con su parque hermano, el Bioparc de Valencia, y a la creación, a partir de los dos parques, de la Fundación Instituto del Trópico, cuyo fin es promover la preservación de los bosques tropicales, de sus especies animales y vegetales, así como de las culturas, pueblos y gentes que lo habitan.
Con ese cambio de marca, ahora más que nunca, se mantiene y potencia su filosofía y los principios de conservación animal que hacen único a este parque en España.